Eco-doppler: el estudio que puede prevenir el ACV

El Dr. Claudio Cigalini, Jefe del servicio de Cardiología Intervencionista y Tratamientos Endovasculares (Hemodinamia) de Grupo Gamma nos explica cómo un simple chequeo en las carótidas puede prevenir un potencial ACV.

El ACV es la tercera causa de muerte en el mundo y la primera de incapacidad. Dentro de las causas, las obstrucciones carotídeas son las responsables del 20% de estos eventos. Esta afección se puede detectar a través de un estudio simple y de bajo costo: el eco-doppler, en dónde un especialista cualificado puede identificar la presencia de placas, además de cuantificar la severidad de las obstrucciones, evaluar composición y la vulnerabilidad de las mismas (es decir, el riesgo de generar un ACV). Asimismo, “permite detectar la progresión y/o regresión de las mismas en el seguimiento”, nos explicó el Dr. Cigalini, Jefe del Servicio de Cardiología Intervencionista y Tratamientos Endovasculares (SCITE) del Hospital Privado de Rosario (HPR).
Más allá del riesgo de ACV, detectar estos ateromas en las carótidas permite que el peciente pueda ser identificado dentro del grupo de riesgo susceptible de sufrir complicaciones cardiovasculares globales. “La aterosclerosis en un proceso generalizado que no se limita a un sólo territorio. Por tal motivo, quienes tengan placas ateroscleróticas en sus carótidas, además de tener un mayor riesgo de ACV, también presentan mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio. Los tratamientos contemporáneos, son altamente efectivos para prevenir estas serias complicaciones, allí radica la importancia de una detección precoz”, enfatizó el Dr. Claudio Cigalini.

Grupo de riesgo. Después de los 40 años, un tercio de la población presenta placas ateroscleróticas carotideas que son detectables en estos estudios.
Dentro de este grupo se encuentran todas aquellas personas que posean dos o más de los siguientes factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial, hipercolesterolemia, tabaquismo, diabetes, antecedentes familiares de ACV u otros eventos cardiovasculares como ser infarto o muerte súbita. Ante la presencia de algunos de estos factores, se debe consultar a un especialista para su adecuado manejo.
El tratamiento médico consiste en promover hábitos de vida saludable en cuanto a alimentación, reducción de peso y actividad física. El tratamiento medicamentoso jugará un rol fundamental mediante fármacos que disminuyan los niveles de colesterol, antihipertensivos y antiagregantes plaquetarios, mientras que las intervenciones quedarán reservadas para aquellos pacientes que presenten síntomas atribuibles a estas obstrucciones o cuando la severidad de las mimas sea tal (más del 80%) que los tratamientos farmacológicos ya no sean efectivos para evitar un posible ACV.

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