Actividad física en pacientes con enfermedad arterial periférica sintomática: datos del Registro PORTRAIT
Análisis realizado por Ignacio Cigalini
La indicación de ejercicio supervisado es clave para asegurar la adherencia a un estilo de vida activo en pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP) sintomática según datos del Registro PORTRAIT. Estos pacientes constituyen un grupo con elevado riesgo de eventos cardiovasculares y muerte en donde la actividad física tiene comprobado efecto en mejorar su pronóstico y calidad de vida.
En este análisis del registro prospectivo, multicéntrico e internacional PORTRAIT, se evaluaron 1098 pacientes con EAP sintomática (índice tobillo-brazo ≤0.90 o caída de presión del tobillo post-ejercicio ≥20mmHg) provenientes de Estados Unidos (EEUU) y Holanda. La actividad física fue auto reportada por los pacientes siguiendo el cuestionario utilizado en el estudio INTERHEART a los 3, 6 y 12 meses.
Los pacientes americanos eran más añosos (68.6 ±9.6 vs. 65.3 ±8.6; <0.001) con mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular (diabetes 38.4% vs. 21.1%; p<0.001, obesidad 40% vs. 9.9%; p<0.001, hipertensión arterial 89.6% vs. 61.4%; p<0.001), enfermedad renal crónica (15.1% vs. 4.5%; p<0.001) y enfermedad coronaria previa (15.1% vs. 4.5%; p<0.001), aunque con menor porcentaje de fumadores (30.1% vs. 52.8%; p<0.001) y mayor de mujeres (41.3% vs. 31.4%; p<0.001). Se encontró asimismo una diferencia marcada en la proporción de pacientes referidos a ejercicio supervisado con una muy baja indicación en los pacientes incluidos en centros de EEUU (1.6%) en comparación con los pacientes enrolados en Holanda (63.9%; p<0.001).
En la cohorte global se observó una disminución de pacientes sedentarios a los 12 meses de seguimiento (40.6% a 31.1%; ptrend <0.001) con un descenso sostenido y continuo en los pacientes holandeses en comparación con los americanos en donde se evidenció un rebote luego del tercer mes de seguimiento.
El riesgo de comportamiento sedentario fue significativamente mayor en los pacientes americanos en comparación con los incluidos en Holanda, incluso luego de ajustar por factores sociodemográficos y comorbilidades. Sin embargo, esta diferencia se atenuó completamente al incluir en el modelo la indicación de ejercicio supervisado (RR 1.20, IC95% 0.67-2.16; p=0.54). No hubo asociación entre el tratamiento invasivo y el riesgo de sedentarismo.
DISCUSION:
Al momento, no existía ningún estudio de pacientes de la vida real con EAP sintomática que haya evaluado la actividad física en el tiempo. En este análisis se encontró que la proporción de pacientes sedentarios era significativamente mayor en EEUU y, si bien hubo una disminución del sedentarismo en el tiempo, su descenso fue menor al observado en los pacientes holandeses. Estas diferencias no se explicaron por factores sociodemográficos o comorbilidades, aunque fueron completamente atenuadas al valorar la derivación a ejercicio supervisado.
Estos hallazgos sugieren que, si bien puede haber una tendencia cultural a una vida más activa en Holanda en comparación con EEUU, una mayor indicación de ejercicio supervisado podría explicar la mayor adherencia a una vida activa en el tiempo. Tomando en cuenta el alto riesgo de eventos isquémicos de los pacientes con EAP, la derivación a ejercicio supervisado podría ser una estrategia valiosa para aumentar la actividad física de estos pacientes y así mejorar su pronóstico y calidad de vida.