Cierre de leak paravalvular
Los leaks paravalvulares son una complicación del implante de válvulas protésicas. Consisten en una fuga de sangre retrógrada desde el ventrículo hacia la aurícula a través de un orificio delimitado por la válvula implantada y las paredes del ventrículo. Puede cursar de forma asintomática y no requerir tratamiento o pueden causar anemia por ruptura de glóbulos rojos o insuficiencia cardíaca.
La incidencia de leaks paravalvulares luego de la cirugía de reemplazo valvular se estima en 2-17%. De estos, alrededor del 3% tienen que ser reintervenidos. La reoperación es una opción terapéutica, pero esta se acompaña de un riesgo peri operatorio alto y alta tasa de recurrencia. Una alternativa de menor riesgo es el cierre percutáneo, con un riesgo de muerte peri procedimiento o necesidad de reoperación del 1-2%.
El procedimiento consiste en sellar el defecto de forma mínimamente invasiva con la utilización de uno o más dispositivos oclusores, que son depositados en el corazón a través de catéteres ingresados por diversas vías: por arteria (retrógrada) o vena (anterógrada) femoral, o a través de una pequeña incisión en el corazón (transapical).
El dispositivo más frecuentemente utilizado es el Amplatzer, que consiste en dos discos de retención circulares elaborados con un tejido de alambres de Nitinol unidos por una corta cintura de conexión.
La selección de la vía de acceso depende de la localización de la prótesis, la localización del defecto en relación con la válvula, la presencia de válvulas mecánicas, la experiencia y preferencia del operador y las peculiaridades anatómicas del paciente individual.
El procedimiento se realiza en sala de hemodinamia bajo anestesia general, utilizando guía fluoroscópica y ecocardiográfica.
Con la cuidadosa valoración anatómica, planificación y ejecución del procedimiento, se pueden lograr tasas de cierre exitoso del 90% o más, con un bajo riesgo de afectación de la válvula protésica o embolización.
La recuperación es más rápida y la estadía hospitalaria más corta que cuando se recurre al cierre quirúrgico, requiriendo solo 24 hs de cuidados en Unidad Coronaria y aproimadamente 48 hs de internación en sala general de no mediar intercurrencias.